Ángela María Amaya-Villareal

Coautora del Libro Rojo de Aves de Colombia (Vol. I y II). Desde el año 2010 ha sido investigadora en la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, como parte del equipo que evalúa el riesgo de extinción y la tendencia del estado de conservación de las aves de Colombia. Actualmente, junto a profesores de la U. Javeriana, es coinvestigadora en un estudio sobre las motivaciones de los observadores de aves en el país. En el pasado ha sido profesora cátedra de ecología de poblaciones en el pregrado de Ecología de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la misma universidad. Recientemente hace parte del equipo de trabajo que investiga loros altoandinos amenazados en la Fundación Vida Silvestre, Colombia.

El Índice de Lista Roja (ILR) permite comprender la tendencia en el riesgo de extinción de un conjunto de especies a través del tiempo mediante la detección de los cambios de categoría de la lista roja de las especies. El proceso metodológico que lleva a la estimación de un ILR permite analizar las causas de tales cambios en el estado de conservación de cada una de las especies, y por lo tanto aporta al entendimiento de la efectividad de las medidas de conservación. Calculamos el primer ILR nacional para las aves de Colombia en el periodo 2002-2016, e incluimos índices desagregados por regiones, ecosistemas y grupos de especies de particular interés para la conservación. Encontramos que la tendencia en el riesgo de extinción del conjunto de la avifauna del país es relativamente estable, aunque muestra una moderada tendencia de deterioro que es muy preocupante: de las 16 especies (100%) que tuvieron un cambio genuino en su categoría de riesgo, para 13 (81%) hubo un aumento en el riesgo de extinción, y solo para 3 (19%) especies hubo una mejoría. Según los ILR desagregados, las aves de los páramos, bosques altoandinos, ecosistemas dulceacuícolas y manglares son las más amenazadas. Asimismo, hay grupos de aves más sensibles que otros: las aves de caza, los psitácidos, los frugívoros grandes, los insectívoros de sotobosque y las rapaces de interior de bosque son los grupos más negativamente afectados. En cuanto a regiones, las aves andinas y de San Andrés y Providencia son las más amenazadas. Nuestros hallazgos demuestran que algunas amenazas avanzan y empeoran el riesgo de extinción de unas especies, pero también que las acciones de conservación y/o recuperación de hábitats han sido efectivas para disminuir en alguna medida el riesgo de extinción de otras especies. Hacer seguimiento del riesgo de extinción de las aves con herramientas metodológicas como el ILR es muy importante en el país con la mayor riqueza de especies de aves del mundo, altos niveles de endemismo y con patrones espaciales dinámicos y complejos de pérdida de hábitat.